jueves, 11 de noviembre de 2010

David Hume

Historiador y filósofo escocés, que influyó en el desarrollo del escepticismo y el empirismo, dos escuelas de filosofía. Nacido en Edimburgo, Lothian, el 7 de mayo de 1711, educado en casa y en la universidad de Edimburgo en la cual entro a la edad de 12 años Hume estudió con apasionamiento los problemas de la filosofía especulativa. Durante este periodo escribió su obra más importante, Tratado sobre la naturaleza humana (3 volúmenes, 1739-1740), que constituye la síntesis de su pensamiento. A pesar de su importancia, esta obra fue ignorada por el público y, como dijo el propio Hume, "nació muerta", tal vez por culpa de su estilo abstruso. Las obras posteriores de Hume fueron escritas bajo las formas más ligeras y populares en la época, ensayos y diálogos. Después de la publicación de su Tratado regreso con su familia se ocupó de problemas de ética y economía política. Allí escribió Ensayos morales y políticos (2 volúmenes, 1741-1742), que obtuvieron un éxito inmediato
Las creencias filosóficas de Hume recibieron una gran influencia del filósofo inglés John Locke y del obispo y filósofo irlandés George Berkeley. Tanto Hume como Berkeley diferenciaban entre la razón y los sentidos. Hume, sin embargo, fue más allá e intentó probar que la razón y los juicios racionales son tan sólo asociaciones habituales con diferentes sensaciones o experiencias. Hume dio un paso revolucionario en la historia de la filosofía al rechazar la idea de causalidad, argumentando que "la razón nunca podrá mostrarnos la conexión entre un objeto y otro si no es ayudada por la experiencia y por la observación de su relación con situaciones del pasado.
El punto de vista escéptico de Hume también negaba la existencia de la sustancia espiritual defendida por Berkeley y de la "sustancia material" defendida por Locke. Yendo aún más lejos, Hume negaba la existencia de una identidad del yo, argumentando que como las personas no tienen una percepción constante de sí mismas como entidades diferentes, no son más que "un conjunto o colección de diferentes percepciones".

En cuanto a la dimensión ética de su pensamiento, Hume pensaba que los conceptos del bien y el mal no son racionales, sino que nacen de una preocupación por la felicidad propia.
Hume rompió con el tradicional recuento cronológico de hazañas y hechos de Estado, e intentó describir las fuerzas económicas e intelectuales que habían tenido importancia en la historia de su país. Sus obras Historia de Gran Bretaña (1754) e Historia de Inglaterra (1759) se consideraron títulos clásicos durante muchos años. Las contribuciones de Hume a la teoría económica, que influyeron al filósofo y economista escocés Adam Smith y a otros economistas posteriores, incluyen los conceptos de que la riqueza depende no sólo del dinero sino también de las mercancías, así como su reconocimiento de los efectos que las condiciones sociales tienen sobre la economía.
 
 
 
 

George Berkeley (1685-1753)

George Berkeley (Dysert, Irlanda, 12 de marzo de 1685 - Cloyne, id., 14 de enero de 1753), también conocido como el obispo Berkeley, fue un filósofo irlandés muy influyente cuyo principal logro fue el desarrollo de la filosofía conocida como idealismo subjetivo, resumido en la frase esse est percipi («ser es ser percibido»). Esta teoría propone que los seres humanos sólo pueden conocer directamente sensaciones e ideas de objetos, pero no abstracciones como la materia extensa y el ser. Escribió un gran número de obras, entre las que se pueden destacar el Tratado sobre los principios del conocimiento humano (1710) y Los tres diálogos entre Hylas y Philonus (1713) (Philonus, el «amante de la mente», representa a Berkeley, e Hylas, que toma su nombre de la antigua palabra griega para designar a la materia, representa el pensamiento de Locke). En 1734 publicó El analista, una crítica a los fundamentos de la ciencia, que fue muy influyente en el desarrollo de la matemática.
La filosofía de Berkeley es el empirismo llevado al extremo. Berkeley es metafísico por cuanto afirma la existencia de una realidad trascendente y la considera objeto de conocimiento. La realidad de los cuerpos es su condición de ser percibidos y el que las percibe debe por tanto de existir. Hay un espíritu que percibe y piensa, pero es la única clase de sustancia, no hay una sustancia exterior al espíritu, como en la metafísica tradicional Algunas de las ideas que tiene este espíritu implican la influencia de Dios para que se produzcan de forma coherente. Es decir, el mundo material son las percepciones que Dios nos hace tener. Pero como Dios no puede ser objeto de conocimiento, sólo las apariencias lo serán. Dios no sería entonces el distante ingeniero de los mecanismos newtonianos que a lo largo del tiempo causan el crecimiento de un árbol en el jardín de la universidad. En lugar de esto, la percepción del árbol es una idea en Dios, y el árbol sigue existiendo cuando aparentemente nadie lo percibe simplemente porque Dios lo observa constantemente. Dios es, para Berkeley, el garante del orden que se halla entre todas las ideas.

J. Locke (1632-1704)

John Locke nació en Wrington (cerca de Bristol), Inglaterra, el 29 de agosto de 1632 fue un pensador inglés considerado el padre del empirismo y del liberalismo moderno . Se educó en la Westminster School y en la Christ Church de Oxford. En 1658 se convirtió en tutor y profesor de Griego y Retórica. Más tarde volvió a Oxford y estudió medicina.
La fama de Locke era mayor como filósofo que como pedagogo. Prácticamente todo el pensamiento posterior fue influenciado por su empirismo, hasta desembocar en el escepticismo de Hume. En lo pedagógico, Locke no pretendió crear un sistema educativo, sino explicar los lineamientos de la educación para los hijos de la nobleza, por consiguiente sus ideas representan tanto un reflejo de la percepción pedagógica de su tiempo como una reflexión profunda sobre sus bondades, defectos y alcances.
Influyó de forma determinante en las ideas de la Revolución Gloriosa y la Declaración de Derechos Británica de 1689.
Tras algunas vicisitudes en el mundo de la política internacional, que le valieron no pocos problemas, Locke volcó la experiencia de su vida intelectual en dos obras cumbre: Ensayo sobre el entendimiento humano (1690) y Pensamientos sobre educación (1692). La última parte de su vida fue dedicada a tareas administrativas y económicas, murió en Oates, el 28 de octubre de 1704.
Su epistemología (teoría del conocimiento) no cree en la existencia del innatismo y el determinismo considerando el conocimiento de origen sensorial, por lo que rechaza la idea absoluta en favor de la probabilística matemática.
En política, John Locke es considerado el padre del liberalismo moderno. Propone que la soberanía emana del pueblo; que la propiedad, la vida, la libertad y el derecho a la felicidad son derechos naturales de los hombres, anteriores a la constitución de la sociedad. El Estado tiene como misión principal proteger esos derechos, así como las libertades individuales de los ciudadanos. También sostiene que el gobierno debe estar constituido por un rey y un parlamento. El parlamento es donde se expresa la soberanía popular y donde se hacen las leyes que deben cumplir tanto el rey como el pueblo. Anticipándose a Montesquieu, a quien Locke influyó, describe la separación del poder legislativo y el ejecutivo. La autoridad del Estado se sostiene en los principios de soberanía popular y legalidad. El poder no es absoluto sino que ha de respetar los derechos humanos.
Al Estado le confiere funciones de decisión en controversias entre los individuos, en el contexto de la pluralidad y la tolerancia, puesto que se dan diversidad de opiniones e intereses entre los hombres, fruto de las distintas vías individuales de búsqueda de la felicidad, por lo que el desacuerdo y los conflictos son inevitables.
El único conocimiento que los humanos pueden poseer es el conocimiento a posteriori (el conocimiento basado en la experiencia). Es famosa su proposición de que la mente humana es una Tabula rasa u hoja en blanco, en la cual se escriben las experiencias derivadas de impresiones sensoriales a medida que la vida de una persona prosigue.
Hay dos fuentes de nuestras ideas: sensación (provenientes de los sentidos) y reflexión (provenientes de las operaciones mentales: pensamientos, memorias...), en ambas se hace una distinción entre ideas simples y complejas.



 

Caracteres fundamentales del empirismo

1. Subjetivismo del conocimiento.En este punto, empiristas y racionalistas coinciden al afirmar que, para conocer el mundo se ha de partir del propio sujeto, no de la realidad en sí. La mente no puede conocer las cosas más que a partir de las ideas que tiene sobre ellas. Por lo tanto, si lo primero en el orden del conocimiento son las ideas, éstas habrán de tener un origen distinto a la propia mente (tesis racionalista). Su validez objetiva le vendrá de las cosas mismas.
2. La experiencia como única fuente del conocimiento.
El origen del conocimiento es la experiencia, entendiendo por ella la percepción de los objetos sensibles externos (las cosas) y las operaciones internas de la mente (emociones, sensaciones, etc.). Así pues, para los empiristas, el único criterio de verdad es la experiencia sensible.
3. Negación de las ideas innatas de los racionalistas.
Si todo conocimiento ha de provenir de la experiencia esto supone que habrá de ser adquirido. La mente no posee contenido alguno (ideas innatas), sino que es como una "tabla rasa", un receptáculo vacío que debe "llenarse" a partir de la experiencia y el aprendizaje.
4. El conocimiento humano es limitado: la experiencia es su límite.
Esta postura es radicalmente opuesta a la de los racionalistas, para los que la razón, utilizando un método adecuado, no tiene límites y podría llegar a conocerlo todo. Los empiristas restringen la capacidad de la mente humana: la experiencia es su límite, y más allá de ella no es lícito ir si no queremos caer en el error, atribuyéndole a todo lo que no ha sido "experimentado" una realidad y existencia objetiva.
5. Negación del valor objetivo de los conceptos universales.
Los empiristas aceptarán el postulado nominalista de que los conceptos universales no hacen referencia a ninguna realidad en sí (objetiva), sino que son meros nombres que designan a un conjunto de ideas particulares o "percepciones" simples que se encuentran vinculadas entre sí. Cualquier idea compleja ha de ser explicada por combinación y mezcla de ideas simples. Los universales o conceptos generales son sólo designaciones de estas combinaciones más o menos "estables" de ideas simples.
6. El método experimental y la ciencia empírica.
El interés por hallar un método adecuado para dirigir el pensamiento fue uno de los intereses principales tanto del racionalismo como del empirismo. La diferencia entre ambos estriba en que, si para los racionalistas el modelo ideal de método era matemático y deductivo, para los empiristas debía ser experimental e inductivo, similar al que utilizó Newton en el campo de la física, y que tan excelentes resultados había dado.
La ciencia no puede basarse en hipótesis o presupuestos no contrastados con la experiencia. La validez de las teorías científicas depende de su verificación empírica. Salvo en las matemáticas, que no versan sobre hechos, sino sobre nuestras propias ideas y sus leyes de asociación, las ciencias de los fenómenos naturales (física, geografía, biología, etc.) deben evitar cualquier supuesto u hipótesis metafísica, así como rechazar el método matemático deductivo. El error cometido por los racionalistas consistió en tratar de igual forma y bajo el mismo método a todas las ciencias, sin distinguir si se referían a hechos de la experiencia (cuestiones de hecho) o a un simple proceder de la mente (relaciones de ideas). El tiempo, no obstante, dio la razón a los empiristas, pues a partir del siglo XVIII la física se independizó de la metafísica que, después de la crítica kantiana, dejará de considerarse una ciencia. La filosofía empirista, pese a restringir el poder de la razón, sirvió de sana autocrítica respecto a nuestros límites y posibilidades racionales.
7. Los predicados como bueno o malo no se dan en la experiencia.
Conocemos las cosas y sus cualidades físicas pero las cualidades morales o estéticas no pueden percibirse, no tienen valor cognoscitivo sino que la guía para la vida humana es el sentimiento.

Historia de empírismo

El empirismo es una corriente filosófica opuesta al racionalismo que surge en Inglaterra en el siglo XVII y que se extiende durante el siglo XVIII y cuyos máximos
representantes son J. Locke (1632-1704), J. Berkeley (1685-1753) y D. Hume (1711-1776). En un sentido bastante general, se denomina empirismo a toda teoría que considere que la experiencia es el origen del conocimiento, pero no su límite. Esta postura ha sido mantenida por numerosos filósofos, como por ejemplo, Aristóteles (384-322 a.C.), Epicuro (341-272 a.C.), los estoicos (S.IV a. C. - S.II d.C.), Tomás de Aquino (1224-1274) y Ockham (1295-1350). Sin embargo, en un sentido estricto, el empirismo propiamente dicho hace relación a las teorías filosóficas creadas por las corrientes antes mencionadas.
Tras el siglo XVII su influencia se deja notar tanto en el campo de la filosofía política como en el de la teoría del conocimiento. En el primero, el liberalismo de Locke influye en los ilustrados alentando los principios de las revoluciones americana y francesa; su división de poderes influirá en Motesquieu y su principio de igualdad impulsará el reconocimiento paulatino de los Derechos Humanos. En teoría del conocimiento o epistemología, las ideas de Hume influirán en Kant, el empirismo en general influirá en el positivismo del siglo XIX y en el neopositivismo o positivismo lógico y la filosofía del lenguaje del siglo XX.

El empirismo... ¿Qué es el empirismo?

El término «empirismo» proviene del griego έμπειρία, cuya traducción al latín es experientia, de donde deriva la palabra experiencia.El empirismo es una teoría filosófica que enfatiza el papel de la experiencia, ligada a la percepción sensorial, en la formación del conocimiento. Para el empirismo más extremo, la experiencia es la base de todo conocimiento, no sólo en cuanto a su origen sino también en cuanto a su contenido. Se parte del mundo sensible para formar los conceptos y éstos encuentran en lo sensible su justificación y su limitación.
En la Antigüedad clásica, lo empírico se refería al conocimiento que los médicos, arquitectos, artistas y artesanos en general obtenían a través su experiencia dirigida hacia lo útil y técnico, en contraposición al conocimiento teórico concebido como contemplación de la verdad al margen de cualquier utilidad.
El empirismo, bajo ese nombre, surge en la Edad Moderna como fruto maduro de una tendencia filosófica que se desarrolla sobre todo en el Reino Unido desde la Baja Edad Media. Suele considerarse en contraposición al llamado racionalismo, más característico de la filosofía continental. Respecto del problema de los universales, los empiristas suelen simpatizar y continuar con la crítica nominalista iniciada en la Baja Edad Media.
La filosofía empirista llevó a cabo una saludable autocrítica de la razón, delimitó sus límites y restringió sus posibilidades asentándola en el ámbito de la experiencia.